Autónomo o Sociedad Limitada: ¿Cuál es mejor?

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A la hora de crear una empresa siempre surge la duda sobre cuál forma jurídica es más recomendable para ello. Sin embargo, el ser autónomo o crear una Sociedad Limitada (SL) depende de muchos factores que explicaremos a lo largo de este artículo.

Sigue leyendo para saber cómo elegir entre estas dos opciones según tus requerimientos y la forma que quieras darle a tu futuro emprendimiento.

¿Qué es una Sociedad Limitada?

La Sociedad Limitada (SL), también conocida como Sociedad de Responsabilidad Limitada, consiste en una sociedad mercantil de origen español. Como su nombre lo indica, limita su capital aportado, por tanto, al contraer deudas, la compañía responde con el patrimonio de la sociedad.

Te explicamos las características, pros y contras sobre elegir la mejor opción para emprender tu negocio: Autónomo o Sociedad Limitada

Estas sociedades se constituyen en una escritura pública, que luego deberán inscribir en el registro mercantil; de este modo, adquiere su personalidad jurídica.

Debido a su carácter limitante, la SL resulta una excelente manera de proteger el patrimonio personal de los socios que la conforman.

¿En qué se diferencia la SL de una SLU?

Con respecto a la Sociedad Limitada Unipersonal (SLU), sólo se diferencia de la SL, ya que expresa en sus actos la unipersonalidad de dicha sociedad.

Por otro lado, no existe una diferencia entre la SL y SLU en lo que al tratamiento fiscal respecta. La persona que inscribe este tipo de sociedad en el Registro Mercantil debe abogar por esta de forma personal; como lo haría un trabajador autónomo.

Este tipo de sociedad resulta ventajosa para los emprendedores que desean crear una empresa y obtener beneficios sustanciosos.

¿Qué es un empresario individual o autónomo?

Se conoce como empresario individual o autónomo a una persona física que realiza de forma habitual una actividad económica o profesional a título lucrativo. Esta actividad también puede ser ejecutada de forma personal, directa y fuera del ámbito de dirección de otra persona o responsable.

Los trabajadores autónomos se caracterizan por trabajar por cuenta propia con o sin trabajadores a su cargo.

¿Cuánto tiempo toma ser autónomo?, ¿cuánto tiempo toma crear una SL?

El proceso varía dependiendo del camino que escojas, por ejemplo, podrás darte de alta como trabajador autónomo en un mismo día. En cambio, para crear una SL necesitarás iniciar un proceso que suele demorar entre cinco a 30 días hábiles.

¿En qué consiste ser un ERL?, ¿qué ventajas tiene?

En esencia, un Emprendedor de Responsabilidad Limitada es igual a una SL, pero reducido a una sola persona física. Dicha persona es quien ejerce la actividad económica del mismo modo que un trabajador autónomo, no obstante, su responsabilidad patrimonial es ilimitada frente a terceros.

Establecerse como ERL presenta ciertas ventajas, ya que permite tener una figura de empresario individual. Sin embargo, estos trabajadores deben inscribirse en el Registro Mercantil e indicar en el Registro de Propiedad qué inmueble desea desvincular de su actividad. Así, es posible proteger el patrimonio personal, aunque para ser aceptado el inmueble debe cumplir ciertos requisitos para quedar exento de su responsabilidad empresarial.

Esta opción es ventajosa para aquellas personas que desean iniciar su propio negocio sin tener que preocuparse por perder una fortuna en inmuebles.

Dato adicional

Al tratarse de viviendas uno de los requisitos principales es no tener un valor superior a los 300.000 euros. En caso de estar situada en una población con más de un millón de habitantes, su valor no puede ser superior a 450.000 euros.

¿Qué diferencias existen al trabajar como empresario individual y dentro de una Sociedad Limitada?

La principal diferencia entre ambas alternativas es la formalización del negocio o el alta.

Como trabajador autónomo el proceso inicia al darse de alta en Hacienda y la Seguridad Social. Ahora, dependiendo de la actividad económica que desees desarrollar también podrías requerir una licencia para ejercer dicha actividad profesionalmente.

No obstante, existen otras diferencias puntuales; a continuación, las explicaremos:

A nivel de responsabilidad

Este es quizá uno de los puntos más importantes entre los nuevos emprendedores. Puesto que, al ser un trabajador autónomo, este tendría que responder con todo su patrimonio personal para saldar las deudas frente a terceros. Mientras que la sociedad limitada, sólo deberá responder con el patrimonio de esta.

Pese a ello, en algunos casos los socios de una SL también corren el riesgo de perder su patrimonio. Esto ocurre cuando no se ha demostrado que no ha habido mala fe en la administración de la empresa. En otras palabras, cuando no se indica que los socios han hecho todo lo posible para saldar las deudas pendientes.

En el caso de los autónomos, la protección del patrimonio personal es menor, ya que la responsabilidad es ilimitada. Por ende, podrías perder todos tus bienes, salvo la vivienda actual que poseas. Siempre y cuando elimines dicho inmueble de tu responsabilidad ilimitada ante impagos.

A nivel fiscal

Los trabajadores autónomos pagan sus impuestos según la Ley de IRPF. Asimismo, al tratarse de un ingreso progresivo, mientras mayor sea el rendimiento más tendrá que pagar.

Cada trimestre los autónomos deben ingresar a Hacienda un 20% de su rendimiento neto como pago anticipado por la Declaración anual de la Renta. Además de ello, deben considerarse los gastos deducibles, por ejemplo, el IVA de todos los gastos relacionados directamente con el negocio. También deben tomarse en cuenta cuestiones como el tramo estatal, el autonómico y las condiciones personales para saber el valor de la paga anual.

Ahora, al estar en una SL, deberás pagar el IRPF que corresponda como persona física en función de tu condición; si eres autónomo o contratado). A su vez, la empresa pagará el Impuesto de Sociedades, el IVA y cualquier otro tributario especial vinculado a la actividad que estés ejerciendo.

El impuesto de Sociedades es netamente fijo, en comparación con el IRPF. En este sentido, el 15% es de la base imponible para nuevas empresas y el 25% para el resto de la SL. De allí surge la deducción de que muchos emprendedores crean que se pagan menos impuestos sólo por tener una SL.

Por otro lado, los autónomos societarios también tienen la posibilidad de solicitar una tarifa plana. Por lo general, la cuota para la tarifa plana del autónomo oscila los 85 euros durante el primer amor. Esto significa que el resultado de aplicar la reducción de un 80% sobre la cotización por contingencias comunes.

Datos adicionales

En cuanto a las aportaciones económicas, al crear una SL se exige un capital social mínimo de 3.000 euros. Por el contrario, un autónomo no requiere ninguna aportación.

Dicho capital social debe depositarse en el banco, de modo que pueda obtenerse el resguardo correspondiente. Posteriormente, podrá disponerse de él para realizar inversiones en el negocio.

Al inicio, las sociedades limitadas tienen una mayor facilidad para acceder a créditos bancarios, puesto que las cuentas empresariales que manejan son precisas. En consecuencia, si lo que buscas es confiabilidad económica, una SL será la mejor opción. Aunque en cualquiera de los casos lo importante es contar con una garantía.

A nivel de contabilidad

Por supuesto, la contabilidad de los autónomos es más sencilla en comparación a la de una sociedad limitada. Los trabajadores individuales sólo están obligados a tener pocos libros de registro.

Entre ellos se mencionan: el libro de IVA y del IRPF, además del libro de Bienes de Inversión y de Operaciones Intracomunitarias. Claro que, el manejo de uno u otro siempre dependerá de la actividad que lleve a cabo el autónomo.

En sí, lo que se busca con estos libros es que el trabajador lleve un registro transparente de las facturas pagas de ventas y gastos. Para ello, puede usarse un programa de facturación, el cual facilita esta tarea y ayuda ahorrar tiempo y dinero al hacer todo de manera automática.

En el caso de la sociedad limitada el proceso es más complejo, ya que debe seguirse la normativa del Plan General Contable. Igualmente, debe llevarse un libro diario que permita registrar las cuentas anuales para presentar anualmente en el Registro Mercantil Provincial. Este debe reflejar el balance, memoria y cuenta de pérdidas y ganancias que haya tenido la empresa.

¿Es más costoso formalizar un negocio como autónomo o como SL?

En términos generales, al crear una SL la inversión es mayor, puesto que su gestión requiere más ingresos debido a su complejidad. Por ende, la persona interesada en crear una sociedad limitada debe contar con los honorarios y las tasas requeridos.

Ahora bien, respecto a los autónomos, tanto la gestión como el alta siempre serán más asequibles, pero no por ello menos riesgoso.  

¿Es mejor trabajar cuando hay socios?

Siempre que haya más emprendedores trabajando en el área o negocio de tu preferencia, podrías optar por discutir la creación de una SL. No obstante, antes de ello deben plantearse las funciones que llevará a cabo cada socio dentro de esta. Al igual que la aportación capital y la distribución de los beneficios obtenidos.  

Por otra parte, dependiendo del capital inicial que dispongas o los beneficios que te ofrezcan, también podrás crear una comunidad de bienes. Esta es la forma jurídica más sencilla de evitar fraudes e inconvenientes.

Cuál es mejor según la actividad: ¿autónomo o una SL?

En este ámbito lo importante es analizar el tipo de negocio en el cual quieras incursionar y si tus circunstancias actuales son óptimas para ello.

Recuerda que el tipo de negocio que deseas hacer también puede condicionar la forma jurídica, sobre todo si se trata de alguna actividad profesional. Estas últimas son más aconsejadas para trabajadores autónomos. No obstante, si quieres crear una SL por tu cuenta, siempre podrás optar por una SLU.

De cualquier modo, puedes iniciarte como autónomo y cambiar la forma jurídica a SL una vez que la capacidad de tu negocio lo permita. Esta es una estrategia bastante usada por los empresarios actualmente.

Ventajas y desventajas que enfrentan los autónomos y las SL

Decidir entre ser autónomo o formar una SL depende de múltiples factores, no solo de tu situación económica. Sin embargo, es bueno tener en cuenta cuáles son los pros y contras de cada uno para descartar opciones.

Ventajas de ser trabajador autónomo

  • No se requiere de capital y los trámites iniciales son más sencillos y menos costosos.
  • Los pagos trimestrales son más fáciles de manejar, así como la contabilidad del negocio.
  • Si cuentas con pocos clientes, tienen pocos trabajadores a tu cargo o tu negocio es muy nuevo, es la mejor opción.

Desventajas de ser trabajador autónomo

  • Deberás dejar tu patrimonio en caso de que no puedas pagar tus deudas.

Ventajas de trabajar en una SL

  • La responsabilidad es limitada, por tanto, al tener beneficios solo se paga una cuota fija de impuestos.
  • Es la opción más segura para trabajar en conjunto con socios.
  • A nivel comercial presenta una imagen más atractiva y profesional, ya que se muestra como una empresa de gran tamaño y solvencia.

Desventajas de trabajar en una SL

  • La creación de esta puede producir gastos adicionales.
  • Su gestión es más complicada, aunque haya varias personas a quien delegar las funciones de la empresa.

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